jueves, 15 de septiembre de 2011

Josep Padró: "El asalto al Museo de El Cairo salió barato"

Josep Padró: "El asalto al Museo de El Cairo salió barato"

Entrevista a Josep Padró: "El asalto al Museo de El Cairo salió barato"

El único catedrático emérito especializado en Egiptología de España, dirige el primer máster de la UB para formar futuros egiptólogos

Tiene aspecto de doctor Tornasol. De hecho, más de una vez ha tenido que hacer frente a este apodo. Pero a diferencia del personaje de Tintín, el doctor Josep Padró no es un profesor experto en ciencia, sino en historia, y más concretamente, en la de Egipto. Actualmente, es el único catedrático emérito de Historia antigua especializado en Egiptología de España, director de la Misión Arqueológica Española en Oxirrinco y presidente de la Societat Catalana d'Egiptologia. Su currículum es de los interminables, y ahora se le añadirá otro cargo: la dirección del primer máster propio de Egiptología de la Univesitat de Barcelona.
-¿La Egiptología es una materia que tira?
-Siempre ha habido interés, tanto en casa como fuera. El último curso que di clases de licenciatura, en 2009-2010, había unos 50 matriculados en la materia de Egipto 1. Es un disparate. Los de clásicas, no acostumbran a tener tanta tirada.
-¿A qué atribuye el interés que despierta Egipto?
-No lo sé. Podemos buscar respuestas filosóficas o estéticas. Un colega asiriólogo se quejaba de que ellos tienen poco predicamento. Realmente, los asirios no caen tan bien como los egipcios. Él me dijo: “Es que Egipto vende imagen”. Y supongo que sí, los egipcios sabían que pasarían a la posteridad.
-Realmente se aplicaron mucho para que así fuera…
-Sí, pero supongo que no se imaginaban su posteridad como la vemos ahora. Se preocuparon mucho de la imagen que dejaban.
-¿Y esta imagen es la que le llevó a Egipto?
-Nunca he sido un forofo de la Egiptología. Ya desde pequeño me gustaba la Historia, de cualquier época. Nos explica porqué somos como somos. Las preguntas que más me interesaba responder me conducían en dos direcciones: al Paleolítico inferior, el origen del hombre, la Antropología… y a Egipto. Entonces pensé que el Paleolítico inferior era muy ingrato. Tienes que remover mucha tierra para encontrar un trozo de cráneo humano. En cambio, Egipto es mucho más agradecido.
-Pero no se descubren tumbas de Tutankhamon cada día…
-No es necesario llegar a estos extremos. En Oxirrinco sabemos que no encontraremos ninguna, nunca fue capital de Egipto, pero sí tenemos inscripciones muy interesantes. Por ejemplo, hemos encontrado inscripciones griegas, todo un descubrimiento porque no había. Incluso hallamos una con el nombre del emperador Diocleciano.
-Los descubrimientos en Egipto no paran de sucederse… ¿La Egiptología está pasando por su mejor momento?
- A nivel internacional, hay un gran desarrollo exponencial impensable años atrás. Hay tanta producción que es prácticamente imposible mantenerse informado de todo lo que se hace. No es sólo el trabajo de campo en Egipto, sino también el de biblioteca que se hace en las universidades.
-¿Todavía hay intrusismo?
-Es espantoso, sobre todo en España. La debilidad de la Egiptología oficial permite la proliferación de espontáneos. Somos pocos y mal avenidos. Nadie se atreve a pontificar sobre medicina, arquitectura o matemáticas, pero sí sobre Egiptología. Me he pasado toda mi vida académica intentando que se cree el área de conocimiento de Egiptología, y no lo he logrado. La denominación Egiptología no existe. Unos están en Historia antigua y otros en Arqueología.
-¿Considera que la Egiptología está maltratada en España?
-Absolutamente. Es una vergüenza. Hace falta una política querida y concienciada de alguien que se preocupe y se de cuenta de que la Egiptología es muy importante para la historia de la civilización y la humanidad. Por ejemplo, en la escuela, nadie enseña grandes escritos egipcios, como los relatos de Sinuhé o el Náufrago.
-Egipto fascina pero no se enseña… parece contradictorio.
-No hemos logrado que Egipto entre a formar parte de la cultura oficial de España. En otros países de Europa, sí que ha entrado, forma parte de su bagaje y por eso sus museos están llenos de objetos egipcios. Nosotros tenemos miserias. Cuando se inauguró el canal de Suez, el gobierno egipcio invitó a todos los países y acudieron reyes. En España no se supo a quien enviar y al final convencieron a un profesor de árabe de la Complutense, diciéndole que tendría el viaje pagado.
-¿Y cuál es la importancia de Egipto?
-Es la cuna de la civilización occidental. El humanismo, el respeto al prójimo nacen allí. Era una civilización pacífica, un estado civil con ejército, pero sin ser agresivos. Eran buena gente y lo continúan siendo.
-Ahora están pasando por un momento de profundos cambios
-Una cosa que aprendes con la experiencia, es que sus líos se los tienen que arreglar entre ellos.
-Pero uno de los cambios le afectan directamente: la destitución del máximo responsable del Consejo supremo de antigüedades, Zahi Hawass.
-Parecía casi eterno. Era como Mubarak, la transmutación del mundo de la política al de la arqueología.
-¿Resultaba difícil trabajar con él?
-Era un personaje pintoresco. Se tenía que convivir con él y sus exabruptos. Yo no tengo ninguna queja, mantenía con él una relación correcta. Estaba en su casa y quien manda, manda, y los extranjeros obedecíamos y ya está. De golpe se enfadaba porque no lo habían invitado a un congreso y reaccionaba diciendo que no vendría ninguna misión francesa más a trabajar.
-Ahora lo acusan de tráfico de antigüedades…
-Y de más cosas… de compra venta de terrenos, de regalar una joya del tesoro de la monarquía a la mujer de Mubarak…
-¿Le asusta pensar lo que se ha llegado a saquear en Egipto durante estos meses?
-El asalto al Museo de El Cairo salió barato. Pero no se ha dicho nada del que se produjo en el museo de la Universidad de El Cairo. Tenía piezas de excavaciones de los años 30. Entraron una noche y lo vaciaron. En el mercado de antigüedades, cualquiera de estas piezas cuesta una fortuna.
-¿Y la misión de Oxirrinco se ha mantenido a salvo?
-Terminamos los trabajos 5 o 10 días antes de la revolución. Hubo un intento de asaltar el almacén de antigüedades, por lo que me han explicado. Gente del pueblo, incluso con armas, fueron a defenderlo. Después, no volvieron a producirse incidentes.
-¿Volverán este otoño a trabajar en el yacimiento?
-Está previsto volver. He pedido el permiso de excavación a partir del 15 de noviembre, pero hay incógnitas de muchas clases. No es sólo la situación del país, que está pendiente de las elecciones. Es también que los créditos del Ministerio de Cultura de España ya se atrasaron el año pasado y éste también. Hemos pedido el permiso hasta el 30 de marzo, cosa que no había hecho nunca. Quizás tengamos que posponerla hasta el año que viene.
-Ya llevan 19 años trabajando en Oxirrinco. Hay excavaciones que parecen que no se acaban nunca…
-La arqueología en Egipto no se terminará nunca.
-¿Quedan demasiadas cosas por descubrir?
-Demasiadas para nuestros hijos. Encontramos hace un par de años una tumba llena de momias y decidimos precintarla. Los egipcios dijeron que ya no les cabían más en los almacenes y no había la posibilidad material de sacarlas en condiciones. Las hubiésemos destrozado. Nos dijimos que quizás de aquí a 100 años sepan más, o que continúen descansando otros 2000 años.
-Si pudiera retroceder tantos años o más en el tiempo, ¿qué momento clave de la historia de Egipto le gustaría presenciar?
-Para mirar, sólo, no para quedarme…
-¿No se quedaría?
-No, estamos demasiado mal acostumbrados. Nos sería muy difícil adaptarnos… Uno de los periodos históricos más intrigantes es el final de la época de Akenathon. Entre Akenathon y Tutankhamon, para entendernos.
-¿Y por qué?
-Es muy detectivesco. Da la sensación que aún estamos muy lejos de la verdad.
-Akenathon, el faraón hereje, despierta pasiones…
-Es intrigante, pero era un insensato. Lo que poca gente sabe es que no estaba destinado a reinar. Su hermano mayor, Tutmosis, estaba asociado al poder, pero murió. La historia probablemente hubiera sido otra. Como personaje…
-¿Cuál le interesa?
-Me hubiera gustado conocer a Keops, pero sólo a través de un agujero.
-¿Le preguntaría cómo hizo su pirámide?
-No, no, no… sólo miraría.
-Parece que no quiere saber mucho, que prefiere mantener las distancias…
-Efectivamente, se debe mantener la cabeza fría. Si no, pasa lo que pasa… nos entusiasmamos demasiado.

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