Boule nació a partir del empeño de un buen amigo: Daniel Primo. Siempre le gustó la informática y más de una vez me había hablado de las bitácoras. Por aquellos tiempos, esta palabra era prácticamente desconocida en la sociedad, y muy pocos habían oido hablar de un blog. Él pensaba en crear una página de contenidos filosóficos a partir del material que yo solía emplear en las clases. No era nada del otro mundo pero podía servir a otros profesores: apuntes, exámenes, comentarios de texto... en fin, los materiales que antes se guardaban como "papelajos" y que ahora tenían su lugar en una carpeta del ordenador. Como el material era abundante, Daniel me sugirió que para "entretener" (supongo que al visitante potencial y a mí) podíamos abrir un blog. Después de que insistiera más de una y dos veces, logró su objetivo: enseñarme el funcionamiento interno del "Pmachine" y los rudimentos básicos de la publicación en un blog.
Lo que en un principio era algo "temporal" para acompañar a lo que se iba a publicar, se ha terminado convirtiendo en una de las partes principales de la página por volumen de contenido. Así son las cosas... El impulso inicial de Daniel sigue en cierta manera presente: él me orientó en todo lo referente al "formato" de lectura en internet: evitar textos largos (tres párrafos como mucho, aunque lleva un tiempo diciéndome que se pueden decir cosas interesantes en menos espacio), escribir lo más sencillo posible, ser divulgativo, y tratar de "enganchar" con la realidad. A estos buenos consejos, aplicables a muchas de las bitácoras que existen, he intentado añadirle una perspectiva didáctica y filosófica, tratando de que los textos se puedan aplicar en el aula para su discusión.
Desde aquellos inicios han pasado ya más de seis años y mil anotaciones. A veces con sensación de monotonía o rutina, y otras con cierto desánimo ante obstáculos que se van encontrando en la incorporación a las TIC en la enseñanza, tanto dentro como fuera de la red. Con todo hay algo que me anima a seguir publicando, por encima del (escaso) rendimiento educativo que haya podido sacarle al blog (fundamentalmente por falta de medios): el contacto con otros profesores, particularmente de filosofía. Boulé es una pequeña ventana al mundo a la que puedo asomarme y charlar con personas que comparten inquietudes e intereses. En este tiempo han salido buenas iniciativas de la página (muchas de ellas canalizadas inicialmente a través del blog) y se ha ido formando una pequeña de red de profesores implicados en el trabajo con las TIC. Sin que el contacto sea fluido y constante, sabemos de espacios y páginas de las que extraer recursos, y me atrevería a decir que la comunidad de profesores de filosofía ha logrado crear materiales que se adelantan, con mucho, a lo que nos están ofreciendo las editoriales y a lo que se está aplicando en el aula. Boulé es, para mí, sinónimo de innovación, experimentación, apertura al diálogo, intercambio de días, encuentro filosófico. La motivación que suponen todas estas palabras hacen que no venza el desánimo, y que escribir un blog siga mereciendo la pena.
Desde aquellos inicios han pasado ya más de seis años y mil anotaciones. A veces con sensación de monotonía o rutina, y otras con cierto desánimo ante obstáculos que se van encontrando en la incorporación a las TIC en la enseñanza, tanto dentro como fuera de la red. Con todo hay algo que me anima a seguir publicando, por encima del (escaso) rendimiento educativo que haya podido sacarle al blog (fundamentalmente por falta de medios): el contacto con otros profesores, particularmente de filosofía. Boulé es una pequeña ventana al mundo a la que puedo asomarme y charlar con personas que comparten inquietudes e intereses. En este tiempo han salido buenas iniciativas de la página (muchas de ellas canalizadas inicialmente a través del blog) y se ha ido formando una pequeña de red de profesores implicados en el trabajo con las TIC. Sin que el contacto sea fluido y constante, sabemos de espacios y páginas de las que extraer recursos, y me atrevería a decir que la comunidad de profesores de filosofía ha logrado crear materiales que se adelantan, con mucho, a lo que nos están ofreciendo las editoriales y a lo que se está aplicando en el aula. Boulé es, para mí, sinónimo de innovación, experimentación, apertura al diálogo, intercambio de días, encuentro filosófico. La motivación que suponen todas estas palabras hacen que no venza el desánimo, y que escribir un blog siga mereciendo la pena.
1 comentarios:
Gracias.
Cada día nos das a pensar.
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